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El conocido pasaje (Mc 8,27-35) en el que Jesús pregunta quién es él lo leemos en el evangelio de este domingo. El texto evangélico presenta tres partes bien diferenciadas: a) la pregunta de Jesús sobre quién es él, seguida de las respuestas de la gente y de Pedro (vv. 27-30); b) el anuncio de la muerte y resurrección de Jesús (vv. 31-33); c) una instrucción sobre las nuevas condiciones de seguimiento a Jesús (vv. 34-35).

Jesús hace la pregunta de camino. Hacer camino ya ha aparecido en otros pasajes anteriores del evangelio de Marcos. Juan es enviado a preparar el camino del Señor (1,2.3), Jesús camina con los discípulos (2,23), los mensajeros enviados no deben llevar nada por el camino (6,5). En el texto que nos ocupa Jesús preguntando haciendo camino. Hacia donde van ?. En la perspectiva global del evangelio el término del camino es Jerusalén y allí Jesús debe morir. En esta coyuntura el caminar con Jesús toma unas connotaciones muy serias. Hay que definir bien las posturas y es necesario que los discípulos sepan bien dónde van y al que acompañan, por eso se convierte en una necesidad imperiosa saber quién es este Jesús con el que los discípulos hacen camino.

El texto presenta las opiniones de la gente hechas llegar a Jesús por medio de los discípulos. Unos lo identifican como Juan Bautista, líder de un movimiento de tipo mesiánico, otros lo identifican con Elías, profeta esperado que debía preceder el advenimiento del Mesías, otros ponen a Jesús a la altura de los grandes profetas de Israel. A Jesús, sin embargo, le interesa la opinión de los discípulos. Marcos ha comenzado su evangelio afirmando que Jesús es el Mesías el Hijo de Dios, por lo tanto parece que Pedro ha acertado con su respuesta. Lo que pasa es que Pedro piensa en el Mesías violento que debe liberar Israel del poder opresor de los romanos. Es como si estuviera diciendo a Jesús: Eres el Mesías, decídete, ha llegado la hora de pasar a la acción.

Jesús corrige inmediatamente la visión triunfalista de Pedro y los discípulos anunciando su muerte y resurrección. De ninguna manera era concebible por el judaísmo el sufrimiento y la muerte del Mesías, por eso Pedro se encara airadamente con Jesús. El verbo usado tiene mucha fuerza, va mucho más allá del simple "decir" o "responder". El verbo griego aquí usado "epitimaô" significa regañar, increpar, conjurar. Marcos lo pone en boca de Jesús cuando éste se dirige a los espíritus malignos en la sinagoga de Cafarnaúm (1,25). En nuestro texto aparece tres veces, cuando impone silencio a los discípulos, cuando Pedro, como hemos dicho, increpa Jesús y cuando Jesús lanza el conjuro a Pedro: Vete de aquí Satanás. El tentador que aparece al comienzo del relato evangélico (1,13) reaparece aquí en la persona de Pedro que quiere apartar Jesús del verdadero mesianismo que pasa por la cruz.

En los tres anuncios de su pasión (8,31; 9,31; 10,33-34) Jesús se presenta como el Hijo del Hombre. Si nos atenemos a las funciones que los textos de la apocalíptica judía atribuyen al Mesías y al Hijo del Hombre se puede decir que ambos son equiparables. Si era impensable que el Cristo padeciera y muriera también lo era el Hijo del Hombre. En los anuncios de la pasión, Marcos en vez de revestir al Hijo del Hombre con las características que le atribuye la apocalíptica, el evangelista lo describe con rasgos de otro personaje singular del Antiguo Testamento: el sirviente del Señor (Is 52,13-53,12). Jesús revela que entra plenamente en los planes de Dios que su mesianismo sea un verdadero fracaso a los ojos de los dirigentes religiosos y del pensamiento tradicional del judaísmo. El fracaso, pero no será definitivo.

Los discípulos saben que Jesús es el Mesías, pero no aceptan que este vaya en una dirección diferente de lo que esperaban. Se imponen unas nuevas condiciones para el seguimiento: "negarse a sí mismo", es decir, renunciar a los propios criterios y expectaciones, "cargar la propia cruz" aceptar las contrariedades que pueda comportar la opción por Jesús, "seguir a Jesús "adaptar el estilo de vida a las exigencias de su proyecto.

Domingo 24 durante el año. 12 de Septiembre de 2021

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