Pasar al contenido principal

El evangelio de Mateo termina con las palabras de Jesús dirigidas a sus discípulos: "Id a todos los pueblos y haced discípulos míos" (28,19). Lo que dice Jesús parece estar en contradicción con lo que dice a una mujer cananea "Únicamente he sido enviado a las ovejas perdidas de Israel" (15,24). Quienes son, pues, los destinatarios de la liberación que ofrece Jesús: Israel o todos los pueblos ?. En el evangelio de Mateo se encuentra un punto de inflexión: "El Reino de Dios os será quitado y será dado a un pueblo que produzca sus frutos" (21,43). Ante el rechazo de Israel al ofrecimiento por parte de Jesús de entrada en el Reino, se abre camino una misión que amplía los destinatarios, los pueblos paganos recibirán con entusiasmo lo que Israel ha rechazado. Este rechazo de Israel con la consecuente aceptación de los paganos lo encontramos en el episodio de los magos (Mt 2,1-12) que van a adorar a Jesús y que leemos este domingo festividad de la Epifanía del Señor.

El relato está lleno de contrastes; la realeza de Herodes se contrapone a la auténtica realeza de Jesús; la grandeza de Jerusalén contrasta con la pequeñez de Belén; la estrella, como obra de la creación de Dios, es la alternativa a las Escrituras judías; el grupo de los grandes sacerdotes y Herodes se diferencia claramente del grupo de los magos.

Mateo habla de magos (Mago) y, debido a que eran observadores de las estrellas, se piensa que podrían ser astrólogos. Los judíos pensaban que los que estudiaban las estrellas buscaban respuestas engañosas ya que la auténtica sabiduría sólo podía venir de Dios. Por eso el libro del Deuteronomio dice: "Que nadie practique las artes de adivinar, interpretar presagios, la magia, las brujerías, los hechizos, las consultas de espíritus, los augurios" (Dt 18,11). El rey Manasés de Judá es criticado porque "Adoraba todo el ejército de astros y les daba culto" (2Re 21,3). Pero en el relato no hay esta visión negativa de los magos.

El contraste que llama más la atención es el que se produce entre los grandes sacerdotes con Herodes y los magos. El relato presenta los principales sacerdotes como los grandes expertos en la Escritura judía. En saben tanto, que descubren en un texto del profeta Miqueas (no en la Torá ni en los grandes profetas) la predicción del nacimiento del mesías en Belén. El gran conocimiento de las Escrituras no les sirve para ir a encontrar a Jesús. No les interesa para nada la persona de Jesús. Aunque tienen el conocimiento teórico del lugar de su nacimiento, el rechazo y el desinterés es total.

El caso de los magos es diametralmente diferente. Ellos observan la naturaleza. Han sabido leer las obras de la creación de Dios y la estrella, como obra de la creación, los lleva hacia Jesús. Ellos están en la línea de las palabras que Pablo escribe a los Romanos: "El poder eterno de Dios y su divinidad, que son invisibles se han hecho visibles a la inteligencia a través de las cosas creadas" (Rm 1,20 ). Visto desde esta perspectiva se entiende que el texto vea los magos de una manera positiva y no con la negatividad con que Israel veía la observación de los astros.

El episodio de los magos que van a adorar a Jesús anticipa el cambio de registro que se producirá en el evangelio de Mateo. El rechazo de Israel - aquí representado por el desinterés de los grandes sacerdotes, dirigentes religiosos del pueblo - abrirá el camino a la tarea misionera la comunidad cristiana. Los magos son los representantes de los pueblos paganos que aceptarán y recibirán la liberación y la salvación que trae Jesús, este niño que acaba de nacer.

Festividad de la Epifanía del Señor 6 de Enero de 2019.

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.