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Leemos en el evangelio de este domingo un pequeño sumario sobre los inicios de la actividad de Jesús y la llamada de los primeros discípulos (Mc 1,14-20). "Después que Juan fuese encarcelado", es una indicación de tipo temporal, "y se marchó a Galilea" otra de tipo local. El evento Jesús no es un acontecimiento inconcreto, imaginario, etéreo; tiene una concreción real, se inserta de lleno en la historia, en un tiempo y en un lugar bien determinados. Estas indicaciones de lugar y de tiempo son típicas de las introducciones de la literatura profética y quieren indicar que la tarea del profeta arraiga en una historia concreta; un caso muy claro es el del profeta Jeremías del que se dice que vive en Anatot y predica en tiempos del rey Joaquim (Jr 1,1s).

"Después que Juan fue encarcelado". A diferencia de lo que dice el cuarto evangelio, la misión de Jesús y la de Juan no coincidieron. Algunas traducciones dicen: "fue entregado". Según este dato, Juan no fue simplemente encarcelado por Herodes, sino traicionado por alguien que no sabemos. El comportamiento de Juan, personaje molesto para el sistema, lo hacía apto para ser detenido y muerto por los romanos. Pero es Herodes quien lo detiene y condena a muerte. Instigado quizás por los sacerdotes de Jerusalén? No lo sabemos, el caso es que Jesús y Juan corren la misma suerte, la de muchos profetas de la historia de Israel. El verbo "paradídomi" (entregar) lo veremos usado en Mc 9,31; 10,33; 14,10.21.41 para indicar que Jesús es traicionado y entregado para ser condenado a muerte. Marcos, al decir que Juan fue entregado, anticipa, de alguna manera, el destino de Jesús.

"Se ha cumplido el tiempo". El pensamiento apocalíptico ejercía, en tiempos de Jesús, una fuerte influencia en las creencias y esperanzas religiosas de Israel. Una característica de este pensamiento era la afición a delimitar el tiempo que tardaría en producirse la intervención de Dios en la historia o la aparición de un mesías liberador y, a la vez, juez de los opresores de Israel. Había cálculos y cómputos de todo tipo y los textos que lo avalan son numerosísimos.

La proclama de Marcos afirma que el tiempo, el momento decisivo ha llegado. Se acabaron las especulaciones temporales. Recordemos que la lengua griega tiene dos palabras para designar el término "tiempo". Por un lado "cronos" y por otro "kairos". El primero es el tiempo que pasa, que se mide con las horas, los días, los años; el segundo es el momento, al instante, el evento crucial. Es este segundo sentido el que Marcos usa aquí. Por lo tanto, Jesús anuncia que ha llegado el momento decisivo, que no hay ningún motivo para esperar ningún otro momento. El Reino de Dios ha comenzado decisivamente. Hay que tomar partido y la opción no admite más dilaciones.

En cuanto a la llamada de los discípulos, un apunte de interés. Se dice de Simón y Andrés que inmediatamente dejaron las redes y fueron con él. Esta inmediatez también se afirma de Santiago y Juan: inmediatamente ellos dejando a su padre Zebedeo se fueron con Jesús. Esta inmediatez contrasta con el episodio del hombre rico que, cuando Jesús le dice: "vende lo que tienes y luego ven y sígueme" el hombre queda abatido y se va triste (Mc 10,21s). En el texto de Lucas (9,59-62), compartido por Mateo (8,19-22), encontramos también un par de ejemplos que muestran la actitud contraria a esta inmediatez. Dos a quien Jesús les dice Sígueme, uno dice: "déjame ir primero a enterrar a mi padre" y el otro "déjame ir a decir adiós a los de mi casa". La inmediatez está en perfecta sintonía con la hora llegada que no admite esperas, tardanzas o demoras. La conversión, como la respuesta a la llamada debe ser ahora mismo.

Domingo 3º durante el año. 21 de Enero de 2018

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