Pasar al contenido principal

La liturgia divide el relato que explica la estancia de Jesús en la sinagoga de Nazaret en dos partes. El pasado domingo leíamos la primera, en este la segunda (Lc 4,21-30). Siguiendo la costumbre habitual en las sinagogas del tiempo de Jesús, después de la lectura de un texto de los profetas - antes se habría leído uno de la Torá - seguía un comentario que podía hacerlo algunos de los asistentes. Jesús, haciendo uso de esta práctica, proclamó que el anuncio profético que acababa de leer se cumplía hoy en Él.

Lucas tiene un especial interés en remarcar que en Jesús se cumple lo que previamente ha proclamado y anunciado la Escritura judía. Hay que tener en cuenta que Lucas quiere responder con su evangelio - más que evangelio deberíamos hablar de demostración - a las inquietudes de Teófilo. ¿Cuáles eran? Teófilo era hijo de Anás y había sido sumo sacerdote entre los años 37-41 dC. Viendo la destrucción de Jerusalén y el templo que habían hecho los romanos durante la guerra de los años 67-70 dC., se preguntaba si esta destrucción no era un castigo de Dios por haber matado el Mesías de Israel. Se preguntaba: no será que este Jesús era verdaderamente el Mesías de Israel y la hemos muerto sin saberlo ?. Entonces se dirige a Lucas para que le clarificara la cuestión. Lucas presenta a Jesús como el verdadero Mesías de Israel que en Él se cumplen las profecías anunciadas en la Escritura; un mesías, no obstante, no en el sentido político como tal imaginaba Teófilo.

Es importante fijarse en que Jesús explica que el cumplimiento de la Escritura se hace hoy. Los comentarios a los textos de la Escritura que se hacían en las sinagogas es de suponer que eran muchas veces arengas encaminadas a vaticinar la victoria sobre los romanos opresores anunciándola para días futuros. Jesús dice que el cumplimiento de la Escritura en Él no se hará en un tiempo futuro, sino que hoy es ya una realidad. El "hoy" que encontramos en este pasaje contrasta con la expresión "vendrán días" usada en el Antiguo Testamento (1Sa 3,31; 2Re 20,17; Is 39,6; Jr 7,32; Am 4,2 ; 8,11; 9, 13) y también por Lucas (19,43; 21,6) para anunciar cosas futuras, generalmente de carácter negativo. Aquí "hoy" tiene también un sentido de presencia, de actualidad, de algo que no hay que esperar más. Es el "hoy os ha nacido el Salvador" (2,10) que los ángeles anuncian a los pastores o "hoy estarás conmigo en el paraíso" (23,43) que promete Jesús al condenado con Él.

"Hoy" tiene también un tono de solemnidad porque solemne es el tono de las palabras de Jesús dichas en la sinagoga de Nazaret. Es el tono solemne que encontramos en el Deuteronomio cuando dice: "Reconoce, pues, hoy, que el Señor es el único Dios" "Observa los preceptos y mandamientos que hoy te doy" (4,39.40) o el salmos "Tú eres mi hijo; hoy yo te he engendrado" (2,7). "Hoy es el día en que vence el Señor" (118.24).

El relato en su conjunto pone de manifiesto el rechazo del tipo de mesianismo que Jesús propone a los asistentes a la sinagoga de su pueblo. Estos quieren un mesianismo de tipo político, beligerante, restrictivo, en cambio el que propone Jesús es pacífico y universal abierto a todos. Este rechazo mesiánico es del mismo patrón que el rechazo de Israel hacia los profetas. Jesús la experimentará como Jeremías (1ª lectura), como Juan Bautista. El tema de los profetas perseguido lo recogerá Lucas en su evangelio: "Jerusalén Jerusalén que matas a los profetas" (13,34) o en parábola de los viñadores homicidas (20,9-19), pero sobre todo en el rechazo sublime de Jesús como Mesías de Israel, su muerte en la cruz.

Domingo 4 durante el año. 3 de Febrero de 2019

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.