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Es completamente lógico que el texto del evangelio de la fiesta de Pentecostés hable del Espíritu Santo. Con este fin se han escogido dos fragmentos del segundo discurso de despedida del evangelio de Juan (Jn 15,26-27 y 16,12-15). El primero habla del envío del Espíritu, el segundo de la tarea de este dentro de la comunidad.

El contexto anterior del primer texto habla de los que odian a Jesús y al Padre; el contexto posterior hace referencia a las persecuciones que sufrirán las comunidades cristianas. No es una novedad en el Nuevo Testamento esta asociación Espíritu Santo y persecución. Lucas dice: "Cuando os lleven a las sinagogas ... los magistrados o las autoridades no os preocupéis de cómo os defenderéis ni de lo que diréis: el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tengáis que decir".

El Espíritu Santo será testigo de Jesús. El término testigo proviene del ámbito judicial. El testimonio otorga categoría de verdad a los hechos que se están juzgando. Su aportación es insustituible para saber y conocer lo que no se sabe. El Espíritu hará conocer quién es auténticamente Jesús y cuál es su obra y, de paso, quién es y cuál es la obra de Dios, el Padre, porque el Padre y Jesús son uno (10,30). Recibido el Espíritu, también los discípulos son testigos de Jesús ante el mundo. Lo darán a conocer y lo harán creíble y esparcirán los beneficios de su obra.

"Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora os serían una carga muy pesada". Qué es lo que, después de tantas cosas enseñadas a los discípulos, aunque no les ha dicho? Antes de la resurrección y la exaltación de Jesús, la revelación de quién es él se mantiene inacabada. Sólo el acontecimiento pascual (muerte y resurrección) y la venida del Espíritu permitirán una comprensión completa de la revelación, es decir, de quién es Jesús. La expresión "muchas cosas" no debe tomarse en sentido cuantitativo, como si Jesús no hubiera tenido tiempo de enseñar todo lo que quería a los discípulos, sino en un sentido cualitativo, es decir, la profundización de la comprensión se realizará con el acontecimiento pascual y la venida del Espíritu.

El Espíritu es llamado Espíritu de la verdad. El calificativo refuerza la credibilidad de la acción del Espíritu. A la vez establece un nexo entre Jesús y el Espíritu. Jesús es el Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad (Jn 1,14), él otorga el conocimiento de la verdad a los que se mantienen firmes en su palabra (8,31), él es el camino la verdad y la vida (14,6). Cuando acabe la presencia histórica de Jesús, será entonces el Espíritu el que guiará en y hacia la verdad. Hay similitud entre ser camino y guiar.

La enseñanza del espíritu no consiste en pronosticar el futuro como un adivino o la comunicación de unos nuevos contenidos. La verdad del Espíritu no es la verdad de los dogmas, de las normas, de los rituales, es la profundización de la revelación, es conocer quién es Jesús y, de paso, quién es Dios porque Jesús y el Padre son uno.

El Espíritu glorificará Jesús, es decir, hará comprender quién es realmente Jesús. El texto dice que lo que el Espíritu comunicará lo ha recibido de Jesús. La afirmación puede presentar cierta dificultad si se tiene en cuenta Jn 145,26 y 15,26 donde se dice que el Padre envía el Espíritu en nombre de Jesús. Entonces el Espíritu en nombre de quien habla de Jesús o del Padre ?. No hay un doble contenido de revelación, lo que el Espíritu dice en nombre de Jesús es el mismo que tiene su origen en el Padre porque, como dice Jesús, todo lo que tiene el Padre es mío. La revelación del Espíritu recibida de Jesús y que tiene origen en el Padre es la revelación perfecta de Dios.

Festividad de Pentecostés. 20 de Mayo de 2018

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