Pasar al contenido principal

En el evangelio de este domingo leemos una serie de parábolas que muestran el gran valor del Reino de Dios (Mt 13,44-52). Los verbos presentes en el texto pueden esclarecer algunas peculiaridades de este Reino: buscar, encontrar, ocultar, vender, comprar, alegrarse.

El Reino está escondido a los sabios y entendidos (Mt 11,25) y revelado sólo a los humildes. Los secretos del Reino sólo los conocen los discípulos (13,11). La condición de escondido conlleva que el Reino haya de buscarse; con ello toman cuerpo las palabras de Jesús: "El que busca encuentra" (7,8) y la búsqueda del Reino se impone por encima otros objetivos que se puedan tener en la vida: "Buscad primero el Reino de Dios" (6, 33). La búsqueda no es un objetivo imposible; tal como dice el profeta Isaías: "Buscad al Señor mientras se deja encontrar" (55,6). La investigación es el primer paso de una sacudida que remueve toda persona que ha apercibido todo el valor del Reino. Movimiento que seguirá con los gestos figurados de vender y comprar. Dejar algo de lo que somos para adquirir la condición de ser dignos del Reino. El resultado final es la alegría, la misma alegría que experimentan los magos que han encontrado a Jesús (2,10) o la de las mujeres que yendo al sepulcro lo encuentran vacío porque Jesús ha resucitado (28,8).

Sorprende el elogio del maestro de la Ley que extrae de su tesoro cosas nuevas y viejas. Hasta este pasaje, los maestros de la Ley o escribas no han gozado, en el evangelio de Mateo, de buena prensa 2,4; 7,29; 9,3; 12,38. ¿A qué viene este repentino elogio? Mateo tiene en su cabeza los escribas que se han convertido, en su comunidad hay un buen número. El asedio y caída de Jerusalén, en el año 70, propició la huida de muchos judíos, entre ellos escribas y fariseos. Algunos fueron a parar a Antioquia, ciudad cuna del evangelio de Mateo. La destrucción del templo y la pérdida de poder de la clase sacerdotal vinculada a su culto hizo que todo el protagonismo religioso de Israel recayera sobre el cumplimiento de la Ley. Los fariseos y los escribas eran los líderes de este giro en favor de la Ley.

Algunos fariseos y escribas de Antioquia se convirtieron en seguidores de Jesús. Mateo en su evangelio muestra un gran interés por marcar las diferencias entre los que forman el grupo de Jesús rodeado de sus discípulos en el que se puede ver reflejada la comunidad de Mateo receptora del evangelio y el grupo de maestros de la Ley, fariseos, ancianos y sacerdotes, las discrepancias y objeciones de los cuales son representativas de la oposición de aquellos grupos que mantenían una encendida polémica con la comunidad de Mateo.

El tesoro es la Escritura, sus sentencias son perlas, según el lenguaje rabínico, que no se pueden dar a los cerdos (Mt7,6), es decir, a los paganos. En tiempos de Mateo no se había establecido el canon ni del Antiguo ni del Nuevo Testamento, por tanto, antiguo y nuevo, cosas viejas y nuevas no pueden hacer referencia a Antiguo y Nuevo Testamento. La polémica contra fariseos y escribas no convertidos no implicaba abandonar la fidelidad a las tradiciones ancestrales de Israel. Lo que ocurrió es lo que los judíos convertidos tuvieron que crear una nueva forma de interpretar las Escrituras que se concretó en una exigencia ética superior. "No he venido a anular los libros de la ley o los profetas ... sino a llevarlos a la plenitud" (5,17). Lo viejo y lo nuevo consistirá en esto: la Escritura hebrea será el punto de partida (lo viejo) sobre el que se elaborará una nueva interpretación que incorpora las enseñanzas y los hechos liberadores de Jesús. La actitud abierta de los escribas cristianos fue la que favoreció la integración en una comunidad sólida los seguidores de Jesús provenientes del judaísmo y del paganismo.

Domingo 17 durante el año. 30 de Julio de 2017

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.