Cinco de cada

A fin de dar más fuerza al "Velad porque no sabéis el día que vendrá vuestro Señor" del discurso sobre el fin (24,42), Mateo construye la parábola de las diez vírgenes; cargada de simbolismo la leemos en el evangelio de este domingo (Mt 25,1-13).

Un banquete de boda. Un texto clásico de Isaías muestra la acción liberadora de Dios con un banquete. "El Señor de los ejércitos ofrecerá a todos los pueblos un banquete ... Aquel día dirán ... Dios ... nos ha liberado" (25,6.9). Por otro lado, las relaciones de Dios con el pueblo de Israel son descritas con la imagen de las relaciones conyugales (Os 2,21). Anteriormente, Mateo en la parábola del banquete de bodas ha usado la imagen del banquete nupcial para señalar el momento decisivo de la aceptación de la entrada en el Reino (Mt 22,1-14). Más adelante, será el libro del Apocalipsis que describirá la salvación y la liberación de los que se han mantenido fieles con la imagen de las bodas del Cordero (Ap 19,7-8).

Siguiendo con el simbolismo de la parábola, es fácil identificar la chicas vírgenes con los seguidores de Jesús o, si se quiere decir de otra manera, la comunidad cristiana. Entre las diez chicas se establece una clara diferencia, las que se han provisto de aceite y las que no.

Qué simboliza el aceite ?. A que se refiere?. Las propuestas de interpretación son muy variadas. Pueden ser las buenas obras, puede ser también el hecho de dar valor a la Palabra de Dios. Tiene mucha aceptación comparar el aceite con la sensatez o la prudencia. De hecho las que se han provisto de aceite dice el texto que son sensatas. Recordemos que, según Mateo, Jesús alaba la sensatez del hombre que construye la casa sobre la roca (7,24) y es sensato el sirviente que vela y cuida de la casa esperando el regreso del amo (24,45). El libro de los Proverbios loa cuantiosamente el hombre sensato y censura el necio. También hay quien ve en el aceite la imagen del Espíritu. Esta imagen tiene su encanto. El aceite simboliza la experiencia que nos pone en sintonía con el Espíritu de Jesús y se concreta en el servicio y disponibilidad hacia los demás. Es necesario haber hecho esta experiencia para entrar a la fiesta de la boda y participar de la alegría. La experiencia es personal e intransferible, por eso las chicas no pueden dar su aceite a las otras, ni que quisieran no podrían hacerlo.

La larga espera simboliza la experiencia de las primeras comunidades cristianas que cayeron en la cuenta de que el retorno de Jesús, que preveían inmediato, se alargaba en el tiempo. El sueño es el indicativo de la larga espera y no tiene aquí una connotación negativa porque se duermen todas las chicas.

La puerta marca la separación entre dentro y fuera. Los lectores del evangelio de Mateo familiarizados con el judaísmo sabían muy bien que implica quedarse o estar fuera. El profeta Jeremías amenazaba: "Os arrojaré fuera de este país, a un país que no conoce" (16,53). El exilio representó quedarse fuera de la amada tierra prometida. Pero más grave representaba quedarse fuera de la presencia de Dios. "No me tires fuera de tu presencia" dirá el salmo 51,13. Quedarse fuera representa, pues, una gran desgracia, por eso Mateo usa este imagen más de una vez (8,12; 22,13 25,50).

Mateo está preocupado por los que dentro de la comunidad han perdido el juicio y quiere que la parábola les sea un aviso. Usan el lenguaje con que las comunidades cristianas invocan a Jesús: Señor, Señor. Pero no basta con la superficial invocación, desprovista de la experiencia del Espíritu. La respuesta es dura: "No os conozco". En terminología bíblica conocer vas más allá del simple saber sobre una persona. Conocer es establecer una relación de comunión vital y afectiva. Dios conoce aquellos que ama, así lo dice el salmo: "El Señor conoce los caminos de los justos" (1,6). La peor desgracia: quedar fuera del ámbito del conocimiento de Dios.

Domingo 32 durante el año. 12 de Noviembre de 2017