El Vaticano no es Madrid

La próxima vez que escuchen a alguien diciendo que la Iglesia catalana ha estado más preocupada por la política y por Cataluña que por la pastoral, le pasan el artículo de este lunes del ABC. Deja una vez más en evidencia quién es el que quiere hacer política a través de la Iglesia. Porque leer la sucesión de los obispos catalanes en clave política es una obsesión que viene de determinados sectores eclesiásticos que los últimos años han mandado mucho en Madrid: utilizar la Iglesia catalana como instrumento para luchar contra los rasgos culturales y nacionales de Cataluña. Este martes insisten en sus tesis apostando por "alguien alejado de la política". ¿Como Rouco y Cañizares, quizás?

No es ninguna novedad. Probablemente se remonta a los Reyes Católicos. Pero en el contexto actual es una información que se basa más en los deseos de estos sectores que en la realidad. Se trata de marcar paquete ante el nuevo pontificado. El mapa episcopal de Cataluña, que depende básicamente de la sucesión en Barcelona, ​​aún se está dibujando.

Dicen que el Vaticano hará un "golpe de timón para evitar adhesiones a la deriva soberanista". Dicho claramente, que los sectores políticos que se oponen al proceso soberanista querrían que el Vaticano nombrase obispos teniendo en cuenta ante todo su pensamiento político sobre el hecho catalán. Y conseguir que Cataluña sean más española con una iglesia menos catalanista, como si esto dependiera del obispo de turno.

Pero el Vaticano no es Madrid. "¿Quién es el Vaticano?", me han contestado más de una vez cuando he preguntado que pensaba el Vaticano de algún tema. "Vaticanos" hay muchos. Sectores, corrientes y lobbies de todos colores que desde dentro del Vaticano se agrupan según sus intereses y mentalidad. Y lo cierto es que hace años que el nacionalismo español tiene la vara bien alta en la nunciatura y dentro del escalafón jerárquico de la Santa Sede. Está contrastado que en los últimos años, candidatos muy destacados a ser obispos han caído de la lista cuando alguien oportunamente ha dejado caer, sin necesidad de fundamentarlo: "Uy ... éste es muy nacionalista... ". Nacionalista catalán, claro. Si tenía un buen perfil pastoral era una cosa secundaria.

Aunque lo titule el ABC, ellos no son el Vaticano. Pero saben que el proceso de Barcelona empieza a correr y no quieren perder cuota de pantalla, como parece que la están perdiendo en el relevo de Madrid.

No es necesario entrar en los argumento hilarantes utilizados de nuevo en ABC. Bueno..., un poco.

Vuelve la canción de los seminarios vacíos en Cataluña y llenos en el resto de España. Pero no se entretienen en contar cuántos seminaristas tenía Rouco cuando llegó a Madrid y cuántos tiene ahora. Ni tampoco el listado de diócesis bien españolas con un seminarista o ninguno. Ni los seminarios que, obsesionados con las cifras, después han tenido que hacer limpieza. El problema de las vocaciones se ve que es un problema catalán. En Buenos Aires el seminario también estaba a rebosar.

No es necesario comentar tampoco el mal gusto de enterrar en vida a dos obispos catalanes con problemas del salud, a los que desde aquí aprovechamos para desearles una feliz recuperación.

Y, finalmente, ya no merece más adjetivos que el criterio para medir la idoneidad episcopal sea su grado de adhesión a la unidad de España. O que sea un pecado grave afirmar que la Iglesia respetaría el resultado de una consulta en Cataluña. ¿Que quieren que hagan los obispos si un día Cataluña se separa de España? ¿Enviar la Guardia Suiza? ¿Comprar votos con los fondos del IOR? Eso si, mientras, en Cataluña ya se ha instalado el discurso que intentar influir en los nombramientos de obispos va en contra de la laicidad.

En fin, si me permiten un consejo: si quieren saber quién podría ser el mejor arzobispo para Barcelona, sólo deben hacer algo. Preguntar a sus diocesanos. O si quieren, sólo a los sacerdotes. Todo el mundo sabe quién saldría. También pueden preguntar a sus sacerdotes sobre algunos de los obispos tan aplaudidos por el ABC. Y ya verán que no les importará mucho dónde ha nacido, ni cuál sería su voto en un referéndum. Los importará si está a la altura de los obispo que pide Francisco o si son de los que les gusta viajar en primera.