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Por La puntada .

Entrevista realizada por María-José Hernández, periodista

El movimiento político y social impulsado por el profesor de Economía Arcadi Oliveres y la doctora y monja benedictina Teresa Forcades tiene más de 40.000 adhesiones. Lo presentaron el 10 de abril con un manifiesto en el que reivindican la convocatoria de un proceso constituyente que permita al pueblo catalán decidió "de forma democrática y pacífica qué modelo de estado y de pasís es el que desea", y construir " desde abajo "una candidatura unitaria para las próximas elecciones en Cataluña. Proponen algunas medidas concretas, como la "expropiación de la banca privada" y la defensa de una "banca pública y ética", poner "freno a la especulación financiera", no pagar la "deuda ilegítima", "salarios y pensiones dignas "," reparto de todos los trabajos, incluido el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado "," lucha decidida contra la corrupción "," vivienda digna para todos, moratoria de los desahucios y dación en pago retroactiva ", detener las privatizaciones, revertir los recortes y potenciar el sector público, entre otros.

¿Qué os ha movido a impulsar el Proceso Constituyente?

Hace falta. Estamos en un momento de tanto sufrimiento de la gente, de tanta indignación, de tanta capacidad de respuesta por parte de la gente pero que cuaja tan poco entre los responsables políticos y económicos que valía la pena intentar algo.

Quizás es que si no miramos hacia adelante, ya no podemos mirar hacia ninguna parte.

Estamos necesitados de mirar hacia adelante, sin olvidar las lecciones que el pasado nos da. Pero sí, ahora estamos obligados a mirar hacia adelante y a no perder la esperanza.

¿Se ha definido con un manifiesto breve y contundente?

Son los diez puntos básicos para decir cuáles son los elementos de la economía, la política y la sociedad que más nos indignan y en los que queremos trabajar. Evidentemente, en una página y media de texto no se puede expresar en profundidad, pero pasado el verano sacaremos un documento mucho más amplio, en el que explicaremos punto por punto cuáles son nuestras pretensiones. Puede haber detalles que se deben perfilar y no todo el mundo ha de comulgar con el cien por ciento de los puntos, pero marcan la línea en la que queremos trabajar.

Las adhesiones ya han llegado a las 40.000.

Lo que pretendemos es ir recibiendo todo un conjunto de adhesiones de gente que se añade y que le parece que el propósito es bueno. Más adelante queremos establecer redes locales, grupos de actuación en cada pueblo, con perspectiva hasta que se convoquen las elecciones al Parlament de Catalunya para que en ese momento, las personas, grupos sociales, movimientos y ONGs, y también los partidos políticos que entiendan que la propuesta es atractiva, puedan sumarse todos en una candidatura. En el caso de los partidos, permitirá que cada uno continúe individualmente, pero que al menos en esta circunstancia se sumen en una candidatura que será una coalición electoral para ir juntos y para intentar revertir este sistema que tenemos.

¿Son objetivos utópicos?

Bueno, no me desagrada el término utópico, y en la vida me han dicho muchas veces que soy utópico. Pienso que la utopía puede servir para avanzar y para funcionar. Ahora, estoy de acuerdo que pretender que todo el mundo esté plenamente de acuerdo con todos los puntos es difícil. Serán necesarios muchas conversaciones y mucha voluntad de la gente de los diferente pueblos y barrios para encontrar lo que nos une. Al margen de lo que sería la voluntad de los que toman decisiones, la gente está harta de esta situación actual y, como estamos hartos, queremos un cambio. El cambio debe producirse, y además de producirse en el mundo social, se debe llegar al mundo político y el mundo económico. Somos conscientes de que hoy en día tampoco el poder político no te permite el poder económico: podemos ser independientes, pero las grandes multinacionales y los grandes bancos continuarán mandando.

Lideráis este proyecto pero no desea encabezar la candidatura ni ir al Parlament. ¿Por qué?

Las dos personas que de entrada arrancamos esto, queremos que haya más gente al frente. Tiene lógica. Teresa Forcades pertenece a una comunidad, puede hacerlo como lo está haciendo, pero el paso de ir al Parlament es diferente. En mi caso, tengo mis limitaciones: la edad no perdona, y por otra parte creo que hay que tener una cierta competencia política: la vida política me gusta pero no me he dedicado nunca; así que yo no creo que esté preparado.

¿Y quién, pues?

Estoy convencido de que de todas estas reuniones y redes locales saldrán muchas personas que serán competentes y estarán bien preparadas para asumir esta tarea. También tengo que decir que el hecho de que no nos presentamos tiene una ventaja: la gente verá que queremos hacer de catalizadores de este proceso.

Un proceso que espera que vaya a más.

Creo que más que la fuerza de los partidos, es importante el apoyo de los muchísimos movimientos sociales, asociaciones y ONGs que hace tiempo que trabajan en esta voluntad de cambio de las cosas, sea los de enseñanza, sanidad, plataformas .. y por ahí queremos ir.

Arcadi, personalmente ¿qué te empuja y que te aguanta firme en esta voluntad para seguir trabajando para cambiar las cosas?

Mira, muy sencillo. Son dos cosas. Cada mañana cuando leo el periódico, mi nivel de indignación sube tanto que veo que debemos estar dispuestos a luchar contra las injusticias en un mundo donde la gente podría vivir bien. Y por otro lado, como voy a muchos sitios haciendo charlas y actos, cuando termino siempre me viene alguien de buena voluntad que me saluda y me dice, "este discurso está muy bien, pero ¿cómo lo podemos poner en práctica?" Y después de darle muchas vueltas, Teresa y yo pensamos que quizá valía la pena generar esa chispa para encender una reacción colectiva.

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