Réquiem en la educación

Un video publicitario de la Generalitat de Cataluña sobre el próximo curso escolar hace gala de las bondades de anticipar unos días el inicio de las clases en el mes de septiembre. Al margen del mensaje que contiene, ha surgido una crítica acerada por el fondo musical que lo acompaña. Se trata del álbum Arizona Spirit de Street Lights, que reproduce el Dies irae del Requiem de Mozart, una música esencialmente fúnebre. Las imágenes alegres, emotivas, festivas y cordiales van por una parte y el fondo musical, con tonalidades tétricas, por la opuesta. Un símbolo claro de cómo se plantea la educación en Cataluña. Por una parte, los derechos constitucionales, que garantizan la libertad educativa y la diversidad de fórmulas por atender a las familias. Por otra, las políticas de fondo que no respetan los derechos de los 365.777 niños y niñas de la escuela concertada, más aun, que los conculcan gravemente al negarles la financiación apropiada. La Administración desde el minuto cero incumplió y sigue incumpliendo en gran parte el compromiso que le corresponde. La discriminación y el ahogo gradual y sistemático pretenden eliminar el pluralismo educativo al servicio de las familias. Ideologías de carril único. Recorte persistente de las libertades. Reducción de los derechos.

Las entidades de iniciativa social que han concertado sus centros con el Estado no van contra la escuela pública, sino que quieren, en colaboración con ella y sin ánimo de lucro, construir una sociedad más libre e igualitaria, desde diversas perspectivas. ¿Por qué en el campo sanitario es posible sin pagar nada acudir a hospitales concertados y, en cambio, por acudir a escuelas concertadas el ejercicio de la libertad resulta penalizado? ¿Por qué el Govern de la Generalitat ha ampliado en 1.000 millones de euros el presupuesto en educación y de esta cantidad ni un solo euro irá a la educación concertada? No plantarse ante la discriminación y la injusticia implica ser cómplice de sus consecuencias. Se trata de un tema de derechos. Cada vez se respetan menos. Empieza a ser muy preocupante.