En estos días de enorme tensión y agitación política en los países árabes como consecuencia de la guerra civil en Siria y del acoso a las embajadas occidentales en el oriente, bajo el pretexto de un vídeo lamentable, difamatorio de Mahoma, colgado en youtube hace seis meses, Beirut ha acogido al Papa Benedicto XVI. Por su situación geográfica, por su composición religiosa, por su sangrienta historia reciente y por su dependencia desde hace años de Siria, cualquier viaje a Beirut habría sido difícil. Esta vez, sin embargo, parecía imposible.