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Catalunya Religió
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(Laura Mor –CR) Más de un millar de personas han despedido al obispo Antoni Vadell en una emotiva celebración este lunes por la mañana en la catedral de Barcelona. La diócesis ha recordado la huella que deja en tanta gente, en las parroquias y desde su particular dedicación a los jóvenes y a la catequesis.

"Es siempre doloroso enterrar a una persona amada. Hoy se nos rompe el corazón ante la muerte de nuestro querido obispo auxiliar de Barcelona", ha reconocido el cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella. Así ha abierto la homilía de la misa que ha presidido acompañado al presbiterio de otros 25 obispos, catalanes y otras diócesis de fuera de Cataluña, entre ellos, el cardenal Lluís Martínez Sistach, el arzobispo Joan Planellas, y el obispo Sebastià Taltavull, así como también de los abades Manel Gasch de Montserrat y Octavi Vilà de Poblet, y un gran número de curas.

"Le faltaba tiempo para ir a todas partes, no paraba"

En este entorno, Omella ha hablado de Vadell como "un hermano pequeño al que quiero de corazón" y ha afirmado que "también el arzobispo, los obispos auxiliares y toda la archidiócesis llora". De su episcopado ha agradecido la dedicación a los demás, siempre atareado y yendo arriba y abajo: "Le faltaba tiempo para ir a todas partes, no paraba", ha dicho. También ha hablado de su capacidad comunicativa: "Siempre nos sorprendía con sus catequesis y predicaciones".

Además de la familia y los amigos, han asistido al funeral las abadesas Maria del Mar Albajar de San Benito de Montserrat y Esperança Atarés de San Pedro de las Puelas, así como vicarios generales y episcopales de los obispados catalanes, delegados episcopales y seminaristas de la diócesis, y también de los delegados del Secretariado Interdiocesano de Catequesis, que presidió. También se han hecho presentes representantes de diversas instituciones eclesiales, como la Escuela Cristiana, Cáritas, la Fundación Pere Tarrés, la Universidad Ramon Llull; y representantes de los cuerpos de seguridad y de instituciones políticas, como el concejal de Barcelona Albert Batlle, la directora general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Yvonne Griley, y el alcalde de Llucmajor, Éric Jareño.

Enamorado de Cristo

Al finalizar la celebración, el diácono de Barcelona Ramon Ollé ha hecho un agradecimiento en nombre de la familia. "No era sólo un gran líder", ha dicho del obispo Vadell, y ha hablado de su "personalidad atractiva", que generaba atracción "con humildad y discreción". Y ha recuperado una expresión que Vadell pronunció a los catequistas de Cataluña y Baleares: "Debemos perder el miedo a decir que somos unos enamorados de Cristo".

Ollé ha hablado también del testimonio que ha dado en esta última etapa de sufrimiento. Ha hablado de cómo ha vivido "el día a día silencioso del tratamiento" y ha reconocido que sacaba "fuerzas de donde no estaban". Vadell ha visto "un nuevo Cristo en la cruz" y en las últimas misas que ofició, la eucaristía como "visión clara de sacrificio y resurrección".

El obispo auxiliar Sergi Gordo ha dado el pésame a la diócesis en nombre del papa Francisco a través de un comunicado de la Santa Sede. Toda la misa se ha emitido en directo por Trece TV y se puede recuperar aquí.

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