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Catalunya Religió

(Llorenç Puig. Director de Cristianismo y Justicia ) La elección del nuevo Papa, Francisco I, ha sido para muchos una verdadera sorpresa. Los que conocen más las interioridades vaticanas dicen que ya tuvo posibilidades de ser elegido en la elección de Benedicto XVI. Pero la mayoría apostábamos por otros 'papables' en esta elección. De hecho, había muchos candidatos posibles ...

Pero esta sorpresa ha sido agradable cuando hemos visto los primeros gestos que ha hecho. En primer lugar, la sencillez con la que ha aparecido. En segundo lugar, la manera de hablar de sí mismo como obispo de Roma y la importancia que ha dado a rezar por la Iglesia romana, como dice que hará mañana ... También las primeras palabras que ha tenido para Benedicto XVI, palabras de agradecimiento y oración por él.

Y finalmente, ha sido destacable la petición humilde que ha hecho de una oración para él mismo. Pienso que estos son signos de una posible novedad que creo que nos puede sorprender. Hablar de 'presidir en la caridad', esta insistencia en la oración de unos por otros, el hablar de su papel como Obispo de Roma, muestran que iniciamos un nuevo camino.

Pienso que más que el hecho de ser jesuita, es interesante que sea religioso. En efecto, pienso que esta elección es una buena noticia para toda la vida religiosa y consagrada, con esta elección se ve resaltado su papel de servidora del mundo y de la Iglesia, precisamente con una consagración explícita para hacerlo siguiendo los pasos de Jesús.

Respecto al nombre que ha escogido, Francisco, he visto comentado algo que me parece interesante recordar: san Francisco de Asís, en la iglesia de san Damián, tuvo aquella experiencia de sentir al Señor decirle: "Francisco, repara mi Iglesia "... Hay aquí una sugerencia importante y para mí muy esperanzadora, de que efectivamente el nuevo Papa pueda tener un papel de 'reparador' de una Iglesia que arrastra muchos problemas internos que hay que abordar con valentía y serenidad.

Y que las primeras palabras de Francisco I destaquen tanto la oración de unos por los otros, y el papel del servicio desde la caridad, me parece aún más esperanzador.

Precisamente este miércoles teníamos programado, con un grupo de universitarios, ver una película sobre Juan XXIII, un Papa elegido muy por sorpresa en un momento difícil. Y un Papa que dio un giro inesperado a la Iglesia ... Viendo la parte de su elección pensaba: ¿por qué no esperar que aquí, con esta elección sorprendente, pueda darnos sorpresas?

En su trayectoria dentro de la Compañía de Jesús ha sido Maestro de Novicios de los jesuitas en Argentina ydespués Provincial. Es decir, tuvo dos cargos de responsabilidad y de gran confianza por parte de la Compañía: formar a los futuros jesuitas, y gobernar la Provincia de ese país ... Luego fue nombrado obispo por Juan Pablo II y dejó, evidentemente, sus tareas de responsabilidades como jesuita.

Creo que la elección abre nuevas expectativas. No es una elección 'continuista', sino que abre el espacio a novedades, a cosas que pueden ser inesperadas y pienso que prometedoras. Se ha elegido un jesuita como Papa, por primera vez en la historia, una persona que era bien conocida por su sencillez, austeridad, proximidad a las personas, y preocupación por los temas sociales ... Y una persona que ha comenzado con unas primeras palabras, creo que programáticas, que prometen mucho.

Ojalá se vayan cumpliendo estas palabras que él dijo: que sigamos "un camino de fraternidad, de amor y de confianza entre nosotros". ¡A ver si vamos descubriendo qué ha querido decir el Espíritu a la Iglesia con esta elección!

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