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Catalunya Religió
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(Laura Mor –CR) La comunidad cisterciense de Santa María de Valldonzella ha escogido a Maria Àngels Cornellà Palou como madre abadesa de este monasterio histórico situado al pie de la montaña del Tibidabo, en Barcelona. La votación tuvo lugar el viernes en el monasterio y la bendición abacial será, previsiblemente, hacia junio, por Pentecostés.

La madre Núria Illas ejerció de priora-administradora del monasterio hasta enero de 2021, cuando presentó la renuncia por razón de edad y después de 17 años en el cargo. En ese momento, Cornellà fue elegida priora-administradora, en contexto de pandemia, mediante un nombramiento, y asumió el gobierno de la comunidad por un período de un año.

"Seguimos el evangelio y la Regla; quien quiera que se apunte"

Cornellà tiene 57 años y ha nacido en Moja (Olèrdola), en el Alt Penedès. Tiene estudios en Trabajo Social y se ha dedicado al mundo de las artes gráficas. El 26 de noviembre de 2011 hace la profesión simple como monja cisterciense y el 27 de mayo de 2012 hace la solemne. En 1989 entra a formar parte de la comunidad cisterciense de Collsabadell, en Llinars del Vallès, una pequeña comunidad de monjas cistercienses procedentes de Vallbona que se había instalado en 1977 buscando "una experiencia más cercana a la gente, en contexto de apertura después del Concilio Vaticano II", apunta Cornellà.

En 2005 se cierra aquella comunidad debido a la edad avanzada de las monjas que quedaban y en 2008 Cornellà entra en Valldonzella. Y lo hace mientras cuida de una de las hermanas de Collsabadell, Maria Clara Rucabado, que marcó su itinerario vital monástico. Con la muerte de esta hermana, en el 2017, se incorpora plenamente al monasterio. La nueva abadesa describe con palabras muy sencillas su vocación: "Seguimos el evangelio y la Regla de San Benito; quien quiera que se apunte". Y rechaza cualquier imagen "extravagante, de martirio o heroicidad" vinculada a su estilo de vida.

De hecho, explica que se sintió atraída por el císter porque había leído que "esta orden monástica busca la belleza en la sencillez para vivir con lo imprescindible y hacerlo evangélicamente". Un tipo de vida monástica marcado por la celebración del oficio divino y por el trabajo sencillo en el taller.

"Somos más artesanas que intelectuales"

En Valldonzella realizan iconos y tienen un taller de encuadernación y conservación de libros, artes gráficas y personalización de objetos. "Me gusta leer mucho, pero somos más artesanas que intelectuales". Y, en este sentido, hace hincapié en esta "sencillez" como una actitud que quiere que marque la comunidad en los próximos años.

Como ejemplo concreto, explica que hace unos días la sacristana se cayó y se rompió el fémur, y ella la sustituyó. El domingo lo siguió haciendo: "La abadesa hace de escolana", le dijo al celebrante, y se hicieron una sonrisa. "Si ser abadesa es servicio, no es incompatible", remacha. Una nueva abadesa que dice "sigo siendo M. Àngels". Y entre las tareas que asume, seguirá como administradora de la comunidad.

Una abadía con más de siete siglos de historia

Con Valldonzella estamos hablando de una comunidad itinerante con cerca de ochocientos años de historia. Constituida en 1147, se incorpora al císter en 1237. Y ha tenido vida monástica de forma ininterrumpida hasta el día de hoy.

La primera presencia está en Santa Cruz de Olorde, cerca de Vallvidrera, en 1237; después pasa por dos ubicaciones más en Barcelona, ​​en el interior de la ciudad, cerca del Portal de San Antonio de la muralla, y también en la Sagrera después de la Semana Trágica. El actual monasterio, en Sarrià, data del año 1913. Y en 1922 se acaba y se consagra la nueva iglesia, obra modernista del arquitecto Bernardí Martorell.

La apertura de las visitas guiadas

La nueva abadesa sitúa el centenario de la consagración como fecha significativa a celebrar en este mandato. Y destaca entre las recientes novedades la apertura de visitas guiadas. "A raíz de la pandemia, hemos vivido un movimiento de personas que nos pedía visitar el monasterio".

El hecho de no poder salir de Barcelona, ​​considera, ha hecho "conocer y valorar las cosas más cercanas". Como el modernismo catalán. Las visitas son una actividad que ha permitido una proyección en la ciudad, tanto del monasterio como de este edificio centenario. Actualmente, el monasterio ofrece servicio de hospedería y cuenta con una pequeña tienda para la venta de objetos artesanos. Las monjas viven con austeridad, volcadas en la oración y el trabajo manual. El ora et labora (reza y trabaja) de la Regla de San Benito.

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