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Las reuniones eucarísticas de la comunidad cristiana de Corinto no van bien. La cena del Señor se ha convertido en una comida vulgar. Ya no se comparte la comida que se lleva de casa y mientras unos comen mucho, otros se quedan en poco o nada. Estos se sienten excluidos y se originan las inevitables divisiones. Se disparan las alarmas y Pablo decide intervenir exponiendo a los corintios el auténtico significado de la cena del Señor. Lo que les dice está recogido en el capítulo 11 de la 1ª carta a los corintios y leemos un fragmento (1 Co 11,23-26) en la segunda lectura de hoy festividad del Cuerpo y la Sangre del Señor.

La preeminencia de la cena del Señor radica en el hecho de ser una tradición que viene del mismo Jesús. "La tradición que yo he recibido y que os he transmitido a vosotros viene del mismo Jesús". Se discute si Pablo recibió la tradición con una experiencia de encuentro con Jesús de la misma naturaleza que el encuentro en el camino de Damasco (Gl 1,11-17). Seguramente Pablo la recibió de las primeras comunidades en las que estuvo vinculado durante su primera misión, sobre todo la de Antioquia. No hay que descartar la posibilidad de que en estas comunidades entrara en relación con personas que convivieron con Jesús; estas pudieron transmitir lo que Jesús hizo y quiso. Después Pablo lo transmitió a las propias comunidades surgidas de su misión autónoma.

En el texto encontramos las palabras de Jesús: "Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre". Repetidas una y otra vez en la oración eucarística se corre el riesgo de diluir el sentido y el significado teológico de estas palabras. Llama la atención que en los dichos y enseñanzas de Jesús de los evangelios no aparezca este término; tan sólo lo hace 4 veces y siempre en relación con la tradición de la cena del Señor y en Pablo aparece 8 veces.

Alianza o pacto (Berit en hebreo) es la imagen que expresa el compromiso de Dios con su pueblo y la respuesta de fidelidad del pueblo de Israel para con su Dios. Alianza nos lleva a conectar con las grandes alianzas del Antiguo Testamento: Noé (Gn 9,13ss), Abraham (Gn 17), David (2 Sa 7,16), pero la alianza a que se refiere el texto de corintios es la alianza del Sinaí: "Entonces Moisés roció el pueblo con la sangre y dijo: Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con vosotros de acuerdo con todas las palabras de este documento" (Ex 24 , 8).

La alianza se convierte en el referente que determina la pertenencia al pueblo de Israel. "Si guardáis mi alianza ... seréis para mí una nación santa" (Ex 19,5). Al mismo tiempo, las relaciones de Israel con el Señor se realizan en el marco de fidelidad a la alianza: "Os acompañaré con mi presencia. Yo seré vuestro Dios y para mí vosotros sereis mi pueblo" ( Lv 16,22). "Cuando escucharás estas prescripciones y las cumplirás poniéndolas en práctica, el Señor, tu Dios, mantendrá su alianza y el amor que juró a tus padres" (Dt 7,12).

La muerte de Jesús, haciendo binomio con la resurrección, es la nueva alianza porque se convierte en el referente que determina la pertenencia a la comunidad cristiana. Esta se constituye y adquiere su distintivo en la celebración y el recuerdo de esta muerte y resurrección. Por eso Pablo interviene tan enérgicamente ante los corintios. Así como la vieja alianza es constitutiva de la identidad de Israel, la nueva alianza afianza el grupo de Jesús, lo cohesiona y lo identifica. A la vez establece que las relaciones con Dios pasan por la persona de Jesús, por la adhesión a su proyecto, por la aceptación de su muerte y la participación en su resurrección.

Festividad del Cuerpo y la Sangre del Señor. 23 de Junio ​​de 2019

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