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Hace una semana, el profesor Roberto Savio, uno de los expertos más importantes en el mundo de la comunicación social, fue reconocido por su trayectoria al servicio de la justicia, la paz y la dignidad humana con el Memorial Joan Gomis, reconocimiento que otorgan diferentes entidades lideradas por Justicia y Paz. El pasado lunes, Federico Mayor Zaragoza, antiguo director general de la UNESCO y presidente dela Fundación Cultura de Paz, dio la lección inaugural del curso 2012-2013 de la Fundación Joan Maragall.

Los dos personajes han estado en puestos de responsabilidad internacional en los organismos de Naciones Unidas desde los años 80 y han representado, y todavía representan, a los defensores de una gobernanza internacional diferente. Han vivido intensamente desde dentro del sistema internacional la deriva de un mundo cada vez más desregulado al servicio del mercado, donde se ha impuesto su lógica. En efecto, estamos cada vez más en un mundo asentado en la lógica del intercambio mercantil como motor de las relaciones internacionales, que sustituyen otras lógicas posibles: la búsqueda de la paz, la defensa de los derechos humanos, la prioridad para reducir las desigualdades, la reivindicación de la dignidad humana como vector básico del desarrollo humano.

Desgraciadamente, insisto, estamos en otra lógica. El profesor Savio me dio una clave de interpretación que creo que es muy interesante y que representó un hito en los inicios de los años 80. Me contaba que, justo después de la victoria de Reagan, en 1981, en la cumbre de Cancún empezó un cambio de "relato" en las instituciones internacionales, empujado por los Estados Unidos, con un apoyo directo de Margaret Tatcher, que evidenció nítidamente el presidente americano con una famosa frase: "tenemos que sustituir el aid- la ayuda-por el trade-el comercio ". Desde entonces, y de manera progresiva, con la OMC -Organización Mundial del Comercio- a la cabeza que sería el ejemplo paradigmático, el mundo ha ido desarrollando una lógica que muy probablemente nos ha llevado a la actual situación de "colapso" de nuestro modelo actual. El neoliberalismo, hoy hegemónico por todas partes, incluso en la China heredera de Mao, nace precisamente en ese momento de los años 80. Hoy, treinta años más tarde, estalla con todas sus contradicciones.
Tengo la convicción de que necesitamos buscar una lógica de las relaciones internacionales muy diferente. ¿Nos atrevemos a reivindicar la defensa de la dignidad humana como centro de la nueva lógica internacional? ¿Podemos imaginar un mundo con esta lógica? Creo que este es el camino; sólo así , probablemente, podremos empezar a encontrar una pequeña luz para salir del laberinto actual.

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