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Por Jordi Llisterri i Boix .

Este artículo tendría el doble de lectores si el título fuera al revés: "No me gusta el padre Abella". Ya sabemos que criticar tiene más resonancia. Pero, como el mismo padre Abella apunta sobre su tema, sólo a corto plazo.

El superior general de los Misioneros Claretianos y vicepresidente de la Unión de Superiores Generales -que agrupa a los superiores de todas las órdenes religiosas del mundo- estuvo de nuevo en la Librería Claret . Y me gustó por el enfoque que dio al tema de la Nueva Evangelización. A veces eso de la Nueva Evangelización algunos lo toman una nueva reconquista de Europa, o como si fuéramos a hacer la superoferta del mes para ver si vuelven a subir las ventas.

En cambio, el leridano Josep Maria Abella, que desde joven vivió su misión pastoral en Japón, lo enfoca de otra manera. No haré el resumen de la ponencia (haber ido, que estaba llenísimo) sino tan solo apuntaré algunas actitudes que asoció con esta Nueva Evangelización, de cara también al próximo Sínodo sobre este tema en el que participarán diez superiores generales. La Nueva Evangelización como una tarea que sólo se puede hacer en diálogo con el mundo al cual se quiere ofrecer el Evangelio y con un claro compromiso con la promoción de la justicia para que sea creíble.

Diálogo y justicia. Como dijo, porque "el que está debajo es el que entiende mejor las cosas porque siente todo su peso encima". Dos ideas, plenamente ligadas a una verdadera experiencia de Dios, que situó como piedra angular de la evangelización: "Cuanto más profunda sea la experiencia de Dios más luz tendremos para decir algo".

Ante esta actitud de fondo, Abella alertó contra la tentación de la eficacia, de ir a buscar los resultados alejándose de las preocupaciones de la gente: "Me da un poco de miedo cuando se plantea la Nueva Evangelitzación como una manera de encontrar el método que funcione mejor. La Nueva Evangelización pide primero ver qué puede decir la Iglesia a la gente".

Quien quiera ya se sentirá aludido, si es que el padre Abella aludía a alguien, pero ciertamente rompe esta extendida idea de evangelización festival, o de ahora vendrán unos que nos lo arreglarán todo. "Hay que vencer la tentación de ofrecer una respuesta rápida a todo, lo primero que hacía Jesús era escuchar" decía. Y a mí me gustó.

PD: Aquí, la crónica del acto de la Fundació Claret.

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