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Ha tardado en hablar, y lo ha hecho bien. Confió en que el portavoz de la Conferencia Episcopal, siga en su linea y acierte en sus palabras y comunicados.

No podemos menos que alegrarnos de sus palabras y de su actitud, y confiamos que sea esta “lucidez y oportunidad” la que marque el actuar de la Iglesia en España. Deseo vivamente que esta lucidez presida las reuniones de la Conferencia Episcopal, porque sin duda eso contribuirá positivamente e eliminar la sospecha y falta de credibilidad de la Iglesia.

Recojo algunas perlas de su discurso, que creo no han dejado indiferente ni a los más críticos de su gestión y ministerio:

- Nos duelen en el alma los graves pecados y delitos cometidos por algunos hermanos en el sacerdocio y por algunos religiosos que han abusado de menores traicionando la confianza depositada en ellos por la Iglesia y por la sociedad.

- También han actuado así algunos laicos con cargos eclesiales. Deben ciertamente responder de sus actos ante Dios y ante la justicia humana.

- Nosotros, como otros episcopados, hemos puesto y, según las necesidades, pondremos con más cuidado los medios adecuados para prevenir y corregir casos de ese tipo, de modo que nadie pueda pensar que sea compatible el servicio sacerdotal o la vida consagrada con la comisión de tales crímenes.

- Es intolerable faltar tan gravemente a la castidad, a la justicia y a la caridad abusando de una autoridad que debería haber sido puesta precisamente al servicio de esas virtudes y del testimonio del amor de Dios, del que ellas dimanan.

- El remedio hay que buscarlo, sin duda, en medidas preventivas, disciplinares y penales, pero sobre todo, en el cultivo de la santidad de vida…"

Que esta siga siendo la tónica. Que la Iglesia en España sea escuchada por qué tiene algo qué decir y aportar, y que entre todos ayudemos a que el Reino se viva y se anuncia, se contagie con la vida.

Y, si no es mucho pedir, que el portavoz de la Conferencia Episcopal tome nota y sea el eco de la voz de los Pastores y transmita, como en este caso lo hizo el Cardenal, serenidad, paz y verdad desde la HUMILDAD.

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