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Hoy comienza el Congreso Internacional de Pastoral en las Grandes Ciudades, con un cartel excepcional, y cuya especialmente celebro la presencia de Marc Augé que fue el forjador de la reflexión sobre los "no lugares" o los espacios de anonimato (en hablé a la Comunicación del III CIARC en Sevilla: "De la arquitectura utópica a la evangelización en los no-lugares"). Desgraciadamente no podré asistir porque he creído que mis alumnos de 2º de bachillerato que se preparan para las PAU no tenían ninguna culpa, así que me quedaré en el aula escolar, que no deja de ser una pequeña "Aula Magna" en algunas ocasiones de lucidez.

De lo que se ha ido diciendo y desarrollando sobre la nueva evangelización me gustaría detenerme en estas dos citas que hacen referencia al hecho arquitectónico:

"Nuestras ciudades exhiben la riqueza del genio arquitectónico que en el curso de los siglos ha realizado obras únicas. Sentimos fuertemente la responsabilidad de conservar y transmitir este patrimonio a las generaciones futuras para hacerles conocer y con ellas compartir la cultura de la que somos a la vez hijos y padres "(Mons. Rino Fisichella. La nueva evangelización. Pág. 97)

"El Sínodo ha constatado que hoy las transformaciones de estas grandes áreas y la cultura que expresan son un lugar privilegiado de la nueva evangelización. Esto requiere imaginar espacios de oración y de comunión con características innovadoras, más atractivas y significativas para los habitantes urbanos "(Papa Francisco. Evangelii Gaudium. Núm. 73)

Fijémonos en los dos acentos de estas citas: el primero habla de la conservación de los espacios arquitectónicos, el segundo de la creación de nuevos espacios arquitectónicos. Esta es la tensión que realmente hay respeto la arquitectura y la pastoral. Haciendo una caricatura, hay quienes sólo ven el edificio sacro y la quieren como una momia o una pieza de museo y, otros, se lamentan porque aún no ha llegado la nueva arquitectura sacra que resolverá todos los problemas del futuro (bastaría releer el manifiesto fundacional de la Bauhaus en clave eclesial).
¿Qué hacemos de nuestro patrimonio para que sea más evangelizador y no sólo una carga muy pesada? ¿Qué nueva arquitectura religiosa necesitamos para la nueva evangelización?. Estas dos preguntas son con las que a menudo nos hemos topado en el despacho de arquitectura en los diversos encargos que hemos recibido por parte de la Iglesia. Respondiendo a la primera pregunta habría, por ejemplo, el caso del nuevo cancel de acceso a la Basílica de Santa Maria del Pi, que planteamos como un pequeño "Atrio de los gentiles" y como un espacio "kerygmático - mistagógico" donde se visualizaran los tres sacramentos de acceso e incorporación plena del cristianismo (Bautismo, Confirmación, Eucaristía); también tendríamos la reforma de la iglesia de San Juan Bautista de Reus o la recién inaugurada Nueva Casa Parroquial de Riudoms. Respondiendo a la segunda pregunta habría, por ejemplo, el caso de la capilla para jóvenes en el Casal Loiola, el Casal los Movimientos Obreros de Acción Católica, el proyecto para una capilla efímera que presentamos al III CIARC (en la imagen), o la nueva Capilla de Sant Lluc en Torre Baró como colonización de los bajos de un bloque de viviendas de un barrio obrero .
Ahora bien, si hay algún proyecto que aglutine una cosa y otra posiblemente el caso más exitoso será el que estamos desarrollando para la iglesia parroquial de Santa Madrona del Poble Sec, clausurada hace un año por problemas estructurales, y del que os podré hablar más adelante aunque ya llevamos casi un año dándole vueltas. De momento os puedo adelantar que hay casos similares al de Santa Madrona que nos han ayudado a inspirarnos como la reforma del espacio interior de la iglesia de Saint Ignace de París (boceto de la planta a bajo).
Desconozco quién participará en los debates posteriores que quedan reservados a los especialistas en este Congreso sobre Pastoral a las Grandes Ciudades. Desconozco también si hay algún representante de mi profesión, algún arquitecto o urbanista, o todo se cocina entre sociólogos, teólogos y agentes de pastoral como es habitual. En todo caso, creo que los arquitectos también tenemos algo que decir e imaginar sobre este tema porque, al final, somos nosotros los que nos encontramos concretando las propuestas en un papel, una imagen digital o un estado de mediciones. Si hay que pensar cómo responder a la pastoral de las grandes ciudades hay que dar voz también a los técnicos y no relegarlos a un mero servicio instrumental.

PS: Si habéis leído la noticia "Talleres sin cerraduras" que apareció en El Periódico el pasado viernes veréis al fondo de la fotografía a Lau Feliu haciendo el retablo cerámico para la Capilla de Sant Lluc. La tenéis aquí mismo:

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