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"En el interior, la arquitectura diseña la morfología del cuerpo litúrgico, y acoge del cuerpo del hombre todo lo que aquella puede interiorizar y orientar hacia el Creador: su mirada, su tacto y su escucha. Más que un espacio litúrgico, es el lugar de la liturgia, y por ella cada miembro del cuerpo litúrgico ocupa instintivamente su lugar. [...] La arquitectura litúrgica es de alguna manera una pedagogía maternal y paternal."

Este fragmento de un libro precioso de Samuel Rouvillois, Corps et sagesse. Philosophie de la liturgie (Fayard, París, 1995, p. 183-184), nos dice algo muy importante: que un espacio bien diseñado nos ayuda a ocupar nuestro lugar, a participar en la celebración, a entrar en el misterio. Tantas veces lo hemos puesto en último lugar, que perdemos la sensibilidad para la "morfología del cuerpo litúrgico", este todo orgánico que celebra y se siente comunidad.

Os enseño hoy una pequeña capilla de estudiantes de la abadía de Melk (Austria) del arquitecto Ottokar Uhl, del año 1966 (las imágenes provienen de un otro libro frances muy interesante de Frédéric Debuyst, Le génie chrétien du lieu, Cerf, París, 1997).

Una capilla totalmente pedagógica que pide un cambio de lugar a todos los participantes durante la misa, con el consiguiente cambio en la morfología de la asamblea. En una de las zonas hay algunas filas de bancos para la litúrgia de la Palabra (primer acto de la misa). En la otra, un solo altar central para la litúrgia eucarística (segundo acto de la misa). En medio y uniendo estas dos zonas, el ambón de la Palabra.

La simplicidad y claridad de esta capilla ayudan a "ponerse en su lugar", a comprometerse, a disponerse interiormente en cada momento de la celebración. Sentados escuchando la palabra, de pie alrededor de la mesa. Un dinamismo exterior que prepara los momentos y predispone el interior.

Un mismo espacio posibilita así múltiples disposiciones de acuerdo con lo que se vive en cada momento. La leyenda de esta imagen sería:

1. Adoración - en una sala pequeña lateral, orientados hacia la pared de más amplitud, delante del Santísimo que está en un "agujero" y que también es visible des de la sala principal.

2. Palabra - una persona lee des del ambón, y las otras escuchan sentadas en los bancos.

3. Ofrendas - la asamblea se reparte por el espacio y forma casi un círculo comunitario, ofreciendo lo que tiene y rezando por las necesidades del grupo.

4. Eucaristía (gran grupo) - el celebrante se coloca en un extremo de la mesa y el resto de participantes se dispone en doble fila alrededor de la mesa.

5. Eucaristía (pequeño grupo) - el celebrante está en el medio y el resto de los participantes alrededos de la mesa, cerrando un "círculo".

Muchas veces los grandes cambios espaciales se hacen de manera muy sutil, sin cambiar la estructura de las paredes ni los condicionantes espaciales. Senzillamente, entendiendo las necesidades del grupo que las habita, los momentos de la celebración, y disponiendo los elementos de modo inteligente, ligero y cambiante.

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