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Catalunya Religió

(CR) La Conferencia Episcopal Española ha aprobado en la sesión que está celebrando esta semana que la beatificación del obispo auxiliar de Tarragona Manuel Borrás, y del obispo Salvi Huix de Lleida, junto con 540 mártires de la Guerra Civil, se celebre en Tarragona. Este jueves al mediodía se ha comunicado la decisión a los curas y laicos con responsabilidades pastorales del arzobispado de Tarragona.

El acto se prevé para el 27 de octubre de 2013 y reunirá todas las causas de las diócesis españolas aprobadas en los últimos años de sacerdotes, religiosos y laicos muertos durante la persecución religiosa de 1936. Así, Borràs, que fue auxiliar del arzobispo Vidal y Barraquer -uno de los pocos obispos que se opuso a bendecir el alzamiento franquista-, encabezará la celebración en su diócesis natal, junto con el obispo de Lleida.

La decisión de celebrar la beatificación en Tarragona se ha tomado tras descartar la opción de hacer en Madrid una beatificación masiva de mártires de la Guerra Civil. Además de los numerosos mártires catalanes, Tarragona es la sede en la que consta de forma documentada el primer martirio cristiano de la península ibérica: el del obispo Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio el año 259.

La beatificación será probablemente la más masiva de la historia después de la que se hizo en Roma en octubre de 2007 y recogerá los mártires de 33 causas diferentes de toda España.

El decreto de beatificación, del Siervo de Dios Manuel Borrás Ferré, junto con 146 mártires más, fue aprobado antes del verano por Benedicto XVI. La causa incluye veinte monjes de Montserrat que también fueron asesinados durante la Guerra Civil y siete claretianos que murieron en el arzobispado de Tarragona. También, entre estos sacerdotes y religiosos hay 68 sacerdotes de Tarragona, siete carmelitas descalzos, un capuchino, 39 hermanos de La Salle y cuatro de la fraternidad Terciaria de los P. Carmelitas de la Enseñanza.

Entre los veinte monjes de Montserrat está el prior del Monasterio, un hermano del cardenal Albareda o el reconocido músico Ángel Rodamilans. Y de los siete claretianos asesinados en Cataluña, tres pertenecían a la comunidad de Tarragona y cuatro a la de La Selva del Camp.

En julio de 1936 el cardenal Vidal y Barraquer y el obispo Manuel Borrás fueron encarcelados en Montblanc. La Generalitat trasladó al cardenal a Barcelona desde donde pudo exiliarse, pero Borràs fue ejecutado el 12 de agosto por un grupo de milicianos en una carretera en el Coll de Lilla y quemaron su cuerpo. Es uno de los 13 obispos que fueron asesinados en España.

La causa de quien era obispo de Lleida, Salvi Huix, también estaba aprobada por el Papa desde junio de 2011 y pendiente de fijar la fecha. Aunque se había preparado una operación de salvamento, Huix se entregó voluntariamente y fue encerrado en la cárcel de Lleida. Murió fusilado el 5 de agosto de 1936 en el cementerio de Lleida.

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