¿Cuánto cuesta construir el silencio?

Son varios los autores que postulan el espacio de la iglesia en la trama urbana como un "oasis en medio de la ciudad", por ejemplo quien fue uno de los ponentes de la primera parte del Congreso Internacional de Pastoral en las Grandes Ciudades, el teólogo argentino Carlos María Galli, en su ensayo "Dios vive en la ciudad" (Herder. 2014).

Parece que en Helsinki, Finlandia, se lo tomaron en serio ya hace siete años, cuando en 2008 las iglesias luteranas de la ciudad pagaron la "modesta" suma de siete millones de euros para la construcción de una capilla del silencio en la céntrica plaza de Narinkka que, atención, se presentaba como laica, un refugio sonoro que acoge a todos. En vez de escuchar sermones, se proponía que la gente pudiera hablar allí con asistentes sociales, uno de los requisitos previos del proyecto.

El pequeño edificio, obra K2S Architects, tiene una forma cilíndrica y está hecho todo él de madera pulida, como no podría ser casi de otra manera en aquellas latitudes del Alvar Aalto. Su imagen y las vetas horizontales de la madera recuerdan ligeramente otro proyecto contemporáneo que buscaba también ser un refugio de silencio en un contexto urbano histórico: la Capilla de la Reconciliación del Muro de Berlín.

Este proyecto es muy curioso; tanto por su formalización arquitectónica, como por su intención pastoral y, como no, por su elevado coste que contrasta con su intencionalidad espiritual-social. Personalmente pienso que, aunque la intencionalidad es muy buena, parece que el acento formal-constructivo sobrepasa y fagocita los otros aspectos. Sería posible pensar en un espacio de estas características implantado en la trama de Barcelona? Hacer una capilla laica es una manera de acercar el Evangelio a todo hombre estresado de la ciudad? Son suficientes los espacios abiertos para el silencio en nuestras iglesias o resultan demasiado "cacofónicos" para el hombre actual? ¿Por qué todo espacio de silencio moderno acaba resultando tan iconoclasta? Son algunas de las preguntas que me quedan por responder.